18 sept 2011


Todo tiene un comienzo, un principio. Desde donde puedes explicar todo lo ocurrido, donde todo surge y donde se empieza a desarrollar. Las historias de enamorados que comienzan con una simple mirada, una simple sonrisa o un simple te quiero, pero que para ellos, los enamorados, significa un mundo. Los amigos, que empiezan con un simple: hola! como te llamas? ese es su comienzo. Pero... también todo tiene un fin, donde todo termina, donde todo se extingue sin dejar rastro. Dos enamorados que creían que estarían juntos toda la vida y ahora... ya no queda nada. Su amor se esfumó como el humo que sale de una chimenea en invierno, que deja rastro de un intenso tiempo pero que se esfuma y desaparece. Dos amigos que creían que compartirían toda su vida juntos, sus hazañas, sus amores, sus roces, sus discusiones, sus consuelos, sus criticas... todo! y que ahora ya les queda poco de eso que decían una y otra vez. Porque ahora es cuando realmente se dan cuenta de que la frase: "amigos para siempre" era solamente una frase que no significaba mucho. Porque de esa amistad tan fuerte que decían tener ya no quedan ni cenizas. Todos creemos en las historias bonitas, en los finales felices, en las historias de príncipes y princesas, pero de lo que no nos damos cuenta es de que todas esas historias acaban con un fin.

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